Scarlatti, tocado por Cañizares, no pierde nada de su grandeza, al contrario, gana en variedad, en colores y sonidos. Los de la España que tanto amaba.
Este disco dedicado a Scarlatti añade una pieza más a su incansable investigación sobre la música del pasado, que bajo sus dedos se torna en arte vivo y presente; después de sus estupendos discos dedicados a Falla, Juan Manuel afronta la música de un compositor que, como él, era inclasificable en el sentido auténtico de la palabra. Scarlatti “jugaba” con la música popular española de su época y la armonizaba sin perder sus raíces italianas y napolitanas, creando un legado que hoy en día constituye una de las cumbres de la cultura occidental. Cañizares no rehúye el reto y transcribe a través de su mágica guitarra una selección de Sonatas, yendo desde el patetismo de la Sonata K.32 en re menor hasta la desenfrenada alegría de la Sonata K.111 en sol menor, pasando por las espléndidas Sonatas K.208 (una de las más grandes) y K.384, sin olvidarse del estilo polifónico de la Sonata K.274.